El gran batería de Savia, y antes de Söber, murió en un accidente de moto un 30 de noviembre del 2006 y yo me acuerdo como si fuera ayer cuando me enteré de la noticia. Fue al día siguiente de su muerte, y me quede impactado. Uno esta acostumbrado a muertes de músicos, y mas en el mundo del rock, pero no por estos motivos. Otras muertes se ven venir, o se saben que pueden llegar a suceder, pero Alberto Madrid era un gran profesional, uno de los mejores baterías del estado según todas las listas anuales, y se mato en un accidente, algo trágico, algo inesperado.
Descubrí a Söber gracias a su disco "Synthesis" y una de las cosas que mas me lamo la atención fue el sonido de su batería, no se porque, pero me sonaba diferente a otros grupos. No suelo fijarme mucho en los músicos, me gusta un grupo porque suena bien en su conjunto, y me cuesta horrores destacar un guitarrista delante de otro. Pero Albérto me daba algo diferente, un toque personal a la batería que me fascinaba. Tanto que llegué a tener fotos y posters de él en mi cuarto. Así que imagínense el impacto de su muerte.
5 años después se le sigue recordando, y se le seguirá recordando como lo que fue, un grande de la música, y una gran persona que dejó mujer e hijos en la carretera. En un instante eres feliz, y al siguiente todo se acaba. A nosotros nos queda su legado, su música que es imperecedera. Como lo han llamado siempre desde aquel fatídico día, la presencia de su ausencia.
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